¿Qué es un voto útil?

Muchos consideran que su voto es útil cuando el partido al que votan obtiene escaño en su provincia. Si su voto no se transforma en escaño, sienten que se ha desperdiciado.

Pero hay más formas de “desperdiciar” votos (desde una perspectiva estratégica): Puede que un partido tenga votos de sobra para conseguir 1 escaño, pero esté muy lejos de conseguir el segundo. Un votante de ese partido tendría más influencia reorientando su voto hacia alguno de los partidos que esté peleando por conseguir un escaño más.

Un ejemplo de las elecciones asturianas de 2012 explica bien este tipo de situaciones: Con 6 escaños a repartir, PSOE y PP tenían 2 escaños asegurados, mientras que el Foro Asturias tenía 1. El sexto y último escaño lo disputaban PSOE y Foro Asturias, y lo ganó el PSOE por tan solo 36 votos. Gracias a ese escaño, Javier Fernández alcanzó la presidencia y Foro y PP pasaron a la oposición.

Al PP le sobraron votos para conseguir el segundo escaño. Si 36 de sus votantes hubiesen cambiado su voto a Foro, ese escaño se hubiese quedado en el bloque de la derecha.

El voto más útil, el que más influencia tiene, es el que decanta el último escaño. El problema es que es difícil saber qué partidos se lo disputan. En mi modelo de predicción simulo las elecciones 5,000 veces, partiendo de las encuestas publicadas e introduciendo variaciones aleatorias. Podemos utilizar estas simulaciones para estimar qué partidos competirán por el último escaño en cada provincia.

Provincias pequeñas (1 a 4 escaños)

Empezamos con las provincias pequeñas, ya que son las que reparten menos escaños y por tanto las que más pueden beneficiarse del voto estratégico.

Provincias medianas (5 a 7 escaños)

Conforme aumenta el tamaño de la provincia, aumenta la proporcionalidad del reparto de escaños y la incertidumbre sobre qué partido conseguirá el último escaño.

Provincias grandes (8 o más escaños)